Saturday, November 08, 2008

Apologistas de Mamón



Entre la concepción católica de la vida y la concepción capitalista hay un abismo. Aunque la mayoría de los católicos ya no creen esta verdad porque los medios ya los acondicionaron a creer lo contrario. Últimamente el sistema capitalista a tenido un apologista neocatólico o neoconservador, el astuto Novak. El se a proclamado el portavoz oficial de todo lo que tiene que decir el pensamiento católico sobre cuestiones económicas.

Novak ataco a la doctrina social y tradicional de la Iglesia en 1979 y desde entonces se a dedicado entre otras cosas a formular o desarrollar una teología del capitalismo, antes de la guerra contra Irak fue contratado por empresas de petróleo y el presidente Bush para justificar la guerra y convencer al Santo Padre de apoyar la política de EE.UU.. Novak a criticado duramente a la doctrina social de la Iglesia en sus libros, muchos católicos neoconservadores son sus seguidores. Su libro es oportunista ya que se aprovecha de que existe entre los católicos la convicción de que el capitalismo es simplemente la única forma de hacer el negocio. Lo que no saben estos pobres es que las nociones del capitalismo son inadmisibles para los católicos.

A principios del siglo pasado durante la sombra de la depresión, durante los tiempos cuando el Papa Pió XI publicaba su Quadragesimo Anno, muchos católicos aceptaban al menos en principio que el capitalismo no era como lo pintaban. Hoy esta creencia se encuentra solo entre los católicos de izquierda que en su compromiso por el mejoramiento material de las masas se enraízan comúnmente en la tradición socialista que es tan antitética al catolicismo como lo es el capitalismo. Desde 1960 existe una ausencia de una concepción auténticamente católica contra el capitalismo. Esto se le debe adjudicar al clero y a los laicos que han fracasado por no articular y comprender la doctrina social de la Iglesia. La doctrina social católica representa una tercera vía que transciende la tiranía del mercado y del estado. Esta doctrina es precisamente la que los neoconservadores como Novak han querido desacreditar.

El surgimiento del socialismo hostil al capitalismo entre los católicos fue una gran oportunidad para los capitalistas. Con la ausencia de una robusta doctrina social católica el socialismo tiende a monopolizar la posición contra el capitalismo. Esto le da una gran oportunidad a los capitalistas neoconservadores para descartar esta posición junto con el socialismo.

Esta fue la gran oportunidad del neoconservador católico Novak, quien antes era un socialista y hoy es un socialista reformado. Cuando Novak rechazo al socialismo rechazo la noción que el falsamente atribuye al socialismo; que una moral no pluralista debe gobernar a la vida económica. Esta noción no es socialista es Católica. Y no solo es católica sino que es el mero corazón de la doctrina social de la Iglesia. Esta idea es anatema para Novak y los neocatólicos. Su afán por identificar esta doctrina con el socialismo es una táctica sucia para embarrar una verdad Católica con los errores del socialismo (la burocratización, hostilidad a la propiedad privada y productiva, etc...) este engaño constituye la esencia de la ignorancia o astucia de Novak, que descalifica a la tercera vía. El engaño de que el anti-capitalismo equivale al socialismo se a convertido en la respuesta de moda de los neoconservadores a la posición católica anti-capitalista. Los esfuerzos de la propaganda de Novak han tenido existo en convencer a los neocatólicos que el capitalismo es su única opción económica y han desacreditado la verdadera respuesta católica a esta contención.


Hoy es difícil comprender la doctrina tradicional de la Iglesia porque la comprensión popular de la fe se ha degradado tremendamente entre los católicos en los últimos 50 años. Hoy no hay celo en enseñar la doctrina católica mucho menos su doctrina social. El clero y los laicos se han rendido prácticamente al modernismo liberal. Existen también muchos teólogos e intelectuales que se hacen pasar de católicos y argumentan como rutina desde posiciones claramente opuestas a la fe Católica, lo hacen con impunidad, las pocas censuras de la Iglesia no llegan a los fieles y estos son engañados fácilmente. Las conclusiones de estas prostitutas neoconservadoras son ipso facto inválidas porque ningún católico puede decir que argumenta desde una perspectiva católica y rechazar las verdades católicas simultáneamente.

Para comprender la doctrina social Católica se necesita comprender o recordar estas verdades básicas de la fe: La concepción católica del pecado original es que la naturaleza humana fue herida por el resultado de un pecado que cometieron nuestros primeros padres. El intelecto fue oscurecido, la voluntad debilitada, las pasiones incitadas a la rebelión contra la razón. Estos defectos le dan al hombre una tendencia hacia el mal y lo hacen propenso para fracasar en su búsqueda de la verdad. Esto no significa que el hombre es incapaz de desistir del mal ni que no puede conocer la verdad; solo significa que es bastante difícil hacerlo sin la gracia santificante.

El concepto de la libertad es análogo. Así como el pecado original deformo y debilito la naturaleza del hombre así el pecado actual es un ejercicio deformado de la libertad del hombre. Es de hecho la esclavitud al error y al mal. Aunque el hombre es capaz de pecar a través del ejercicio de lo que se llama libertad natural (la habilidad psicológica de decidir y escoger libremente entre diferentes opciones de acción) esto no le da el derecho a obrar el pecado. El hombre es libre moralmente solo para escoger el bien y la verdad. Esta es la libertad de los hijos de Dios.

Por eso la ley no esta diseñada para proteger el derecho del hombre para hacer lo que le de la gana, sino para facilitar su practica de la virtud. La autentica ley existe para ayudar al hombre a sobreponerse a su debilidad y compensar por el defecto en su libertad. Esto es aplicable no solo a ley natural, también aplica a las leyes positivas, leyes publicas de las naciones y estados, si son leyes validas son meras aplicaciones practicas de la ley natural o moral, que es parte de la Ley Eterna de Dios. El fin de la ley humana debe ser llevar gradualmente a los hombres a la virtud cosa que eseña Santo Tomas de Aquino, cual enseñanza es confirmada por el Papa Leo XIII. Es fácil olvidar estas verdades en un mundo donde las naciones pueden aniquilar a otras naciones en el nombre de la libertad moderna. Pero la verdad es que la libertad no significa hacer todo lo que se nos viene en gana sino escoger libremente el bien. La verdadera libertad de la sociedad humana no consiste en que cada hombre cumpla sus caprichos, sino en esto: que por los mandatos de la ley civil todos puedan más fácil conformarse a las prescripciones de la Ley Eterna.

Existe una tercera vía. Nuestras opciones de sistemas económicos no están limitados entre el socialismo o el capitalismo. Existe una verdadera alternativa, construida sobre el sentido católico de la libertad, la ley, y el último fin del hombre. En este sistema se enfatiza la distribución de la tierra de forma eficiente, organiza a los empleados y empleadores en gremios o corporaciones basados en la función económica y le da protección jurídica a estas sanas instituciones de la vida económica. Esto es lo que antes se llamaba el corporatismo, en otros lugares se le llamo distributismo, solidarismo y el sistema del gremio.

Como alternativa al capitalismo y a su descendiente el socialismo, el corporatismo es una posición vindicada par la Quadragesimo Anno que dio direcciones para evitar esos dos fracasos y establecer gremios de industrias y profesiones, que pidió todos los esfuerzos posibles para que se lograra esto. Aunque de forma limitada si hubo verdaderos éxitos que vindicaron la visión corporatista, en el Portugal de Salazar en el Austria de Dolfuss. En toda Europa grandes números de católicos se dedicaron activamente a la campaña para el orden social católico. Sacaban inspiración de las encíclicas, buscaban fundar movimientos políticos que al definirse contra la democracia liberal y el estado totalitario modernos, abogaban por una tercer vía de un gobierno central fuerte combinado con una estructura modernizada del gremio y de las corporaciones.

Los economistas liberales apologistas del capitalismo de hoy ignoran o ridiculizan a los gremios. Pero al contrario los mejores historiadores católicos los defienden como uno de los medios necesarios de adoptar para prevenir la competición sin riendas que concentra la riqueza en pocas manos con la explotación de las mayorías reduciéndolos a la miseria. Sin la alternativa de los gremios y el pensamiento católico que los inspira los ideólogos modernos solo pueden argumentar de lo indeseable del socialismo y del capitalismo. Se tiene que comprender que existe una alternativa radicalmente opuesta a estas dos opciones económicas. Se promueve la mentira de que el socialismo es la única alternativa a la dominación de los hombre por las fuerzas impersonales del mercado. Es necesario comprender la visión católica antes de argumentar en pro o contra esta posición.

Los críticos supuestamente democráticos que critican la doctrina social católica están enraizados en errores filosóficos e históricos. Son ilógicos, se basab en principios fundamentalmente opuestos a la verdad, lo que se dice del capitalismo no resulta ser semejante a lo que verdaderamente se practica en realidad.

El mismo concepto del capitalismo democrático es simplemente sofistico. Funde a dos principios que son contradictorios (uno argumenta por el restringimiento moral y cultural sobre la vida económica y el otro argumento contra todo control). Estos sofistas enfatizan o disminuyen uno o el otro de estos principios según las necesidades polémicas del momento.

El principal apologista del neoconservadurismo católico argumenta que las instituciones económicas existen en un estado de tensión deseable con las instituciones políticas y culturales. Precisamente esto muestra y efectivamente niega una premisa sostenida por los clásicos y grandes filósofos católicos. La premisa que la vida económica es sujeta a la moralidad, que la política económica esta subordinada a la filosofía moral. Esto es anatema para los neocatólicos como Novak. Si se implementara este principio católico obstaculizaría el progreso financiero y material según los neocatólicos. Se considera que la economía liberal es la atmósfera más favorable para la invención, creatividad y activismo económico. Reprimir el liberalismo económico seria invitar un estancamiento.

El decir que las instituciones culturales y políticas existen en tensión con el sistema económico y que esto provee la máxima libertad y limita a la vez la vida económica con controles sanos es una forma astuta de satisfacer a los que sienten la necesidad de limitar la vida económica y también a aquellos que desean la libertad sin limitaciones para acumular riquezas. El problema es que en un sistema económico propiamente y efectivamente controlado por cuestiones de índole culturales y morales no puede ser el capitalismo, porque significaría limitar al individualismo y al mercado liberal, estos son aspectos fundamentales para el capitalismo admirado por los neoconservadores y no se puede esperar que actúen contra sus propias bases filosóficas.

Las únicas medidas que el capitalismo democrático implementa son aquellas que le permite perpetuarse, aquellas necesarias para mantener el sistema vivo. Por ejemplo Roosevelt a mediados del siglo pasado, según los apologistas neoconservadores instituyo reformas económicas que no solo eran consistentes con el capitalismo democrático sino que formaron parte de su sustancia. Pero las medidas de Roosevelt no hicieron nada para rectificar los desordenes esenciales del capitalismo (la concentración de la riqueza y la propiedad productiva en pocas manos, la decadencia de los artesanos, el triunfo de la producción masiva, la concentración de las gentes en las ciudades). Estas reformas solo fueron paliativas para asegurar la continuación de la operación de un sistema fallido, efectivamente dando nacimiento al estado servil.

Los límites al capitalismo solo son adornos que el mismo capitalismo adopta espontáneamente, están diseñados para hermosear un sistema basado en el derecho sin restricciones a los dueños de la propiedad para emplear su propiedad y perseguir más riquezas sin límites.

La raíz del capitalismo democrático es una visión histórica y filosófica totalmente contraria a la verdad católica. Esta basada históricamente y filosóficamente en el liberalismo moderno para cual el progreso histórico es la emancipación de toda restricción tanto intelectual o jurídica de la verdad. Por eso no es sorprendente que las supuestas reformas del capitalismo no son más que superficialidades. Un sistema radicalmente enraizado en principios liberales jamás se reformara fuera de la existencia. Sus principios liberales son contrarios al catolicismo, sus reformas son tácticas de poner una capa de azúcar para disfrazar una pastilla religiosamente y filosóficamente repugnante.

La estructura del capitalismo moderno exige que el hombre que participe en este sistema se adapte a sus exigencias, en otras palabras que se prostituya en sus principios. Este sistema fundado sobre una libertad concebida como el derecho a darle rienda suelta a todos los vicios, solo resulta en que los hombres de virtud tengan que bajarse a competir con las reglas viciosas impuestas por este sistema. La libertad que garantiza tal sistema no es la libertad de hacer el bien, sino la libertad que institucionaliza al pecado original.

Los frutos de la concepción desordenada de la libertad no son compatibles con la moral católica. Lo que ofende a la conciencia católica no es un capitalismo abstracto sino el capitalismo concreto que se practica hoy. El capitalismo moderno elimina todas las regulaciones que protegen al pequeño granjero, al pequeño negocio, al artesano, al propietario pequeño. Facilita la concentración de toda la propiedad productiva en las manos de las corporaciones empresariales para que estas las usen para sus fines egoístas. Dejan a la mayoría de la gente solo con la esperanza de obrar por un sueldo. Solo un mero del 7% de la gente en EE.UU. trabajan para ellos mismos, solo un décimo de estos lo hacen en su propia tierra. La avaricia de las corporaciones parásitos se ha devorado a las granjas con la complicidad del gobierno, en tiempos recientes más de 300,000 familias han perdido sus granjas. El porcentaje de familias que viven en el campo se han reducido del 30% al 1% esto fue hace un año, hoy es seguro que sean menos. Los pequeños negocios y artesanos se han encontrado con la misma amarga suerte, el fin de sus industrias.

Los campesinos en México y en EE.UU. han abandonado sus tierras y sus negocios, la competición ruda de los más poderosos los han destruido. Se han tenido que conformar con un mísero sueldo a cambio de trabajar como autómatas sin sentido. Para el mexicano a sido aun mas duro, a tenido que emigrar a EE.UU. donde le espera una vida de fugitivo, trabajando como esclavo y escondiéndose de las fuerzas policíacas como el peor criminal. Según los capitalistas estos son los grandes frutos que todos deben apreciar.

El hombre ya no es el sujeto de la actividad económica, ya no busca su salvación mientras trabaja en un oficio útil para toda la comunidad y satisfactorio para el alma. Hoy el hombre es una mera comodidad. Poblaciones enteras son sometidas a los caprichos de las fuerzas de los mercados sin regulación, fuerzas que han dejado a millones sin trabajo, sin fuentes económicas. El liberalismo económico no solo ha sido un fracaso para México y EE.UU. sino que en el resto del mundo esta destruyendo las bases económicas de las naciones para extraerles sus industrias y empleos y enviarlos a India y China donde hay abundantes esclavos. Todo en el nombre de reducir sus costos y incrementar su ganancia. La empresa corporativa no vigila por el bienestar del hombre, no le importa que se vayan a la fila de los desempleados, solo le importa sus ganancias. Las ganancias antes de la gente, el dinero antes del hombre. La producción para el capitalismo solo tiene un solo sentido; el incrementar sus ganancias en dinero.

El mismo Novak declara con orgullo que el capitalismo democrático no le da a los ciudadanos lo que necesitan sino todo lo que se puede vender: prostitucion, narcóticos, chuchearías, pornografía, rock de metal pesado, rap, ponle nombre y te lo venden. El capitalismo democrático lo tolera todo y alguien se hace rico de todo esto. Y no se detiene ante la venta de inmoralidades y chuchearías, sino que bombardea la naturaleza del hombre pobre y débil con una corriente sin cesar de comerciales en televisión, revistas, cine, periódicos, todos los medios para criar necesidades por sus productos que se venden, sin importar si son inmorales o morales, sanos o dañinos, útiles o inútiles.

Preocuparse por la moral o por el daño físico a las personas no es algo que le importa al capitalismo democrático. En el nombre del liberalismo se ofrece una licencia para todo, se hacen ciegos al bien y al mal por respeto a la conciencia individual.

El capitalismo moderno lleva finalmente a una dominación desordenada del dinero, en la producción y distribución de los bienes materiales, en el traslado de fábricas, corporaciones y dinero. La venta de empresas que fueron formadas en principio para ofrecer bienes necesarios a cambio de una justa remuneración son apropiadas y utilizadas por las corporaciones internacionalistas como laboratorios con el único propósito de crear más riqueza artificial.

Todo no es color de rosa en esta nueva economía dominada por los neoconservadores y sus compinches neocatólicos. Se están fugando los trabajos, la base de la manufactura se fuga al extranjero, la granja familiar en EE.UU. ya prácticamente no existe, el sistema financiero da señas de que esta a punto de quebrarse. Esto es gracias a todas las astucias de los empresarios y ejecutivos de las corporaciones corruptas. También se avecina un gran problema, ya están a punto de jubilarse millones de pensionistas, y las corporaciones empresariales ya formulan sus trucos mañosos para renegar de sus obligaciones con estos pensionistas.

El panorama económico moderno no sirve al bien común solo sirve a los bienes particulares de unos pocos. En México el liberalismo solo nos a dado la institución de la ignorancia, la pobreza extrema y la lenta destrucción de la nación Mexicana. En el mes de noviembre del año pasado escuche que México ocupaba el octavo lugar en la económica mundial, uno se imaginaria que con esto México había entrado al primer mundo, pero al contrario esto solo significa que las corporaciones se están enriqueciendo en tierras Mexicanas, la miseria de los Mexicanos que trafican narcóticos solo a aumentado. Hoy el liberalismo económico esta finalmente dando sus frutos plenos en EE.UU. convirtiéndolo a millones de sus ciudadanos en tercer mundistas. Dividiendo a la población en una minoría de ricos y una mayoría de marginados, destruyendo la clase media. Este sistema se mantiene con una propaganda agresiva y efectiva, tiene sus profetas hasta dentro de la Iglesia, es alarmante que Roma cada vez da más muestras de caer bajo la contaminación del neoconservadurismo. Esto no me sorprende porque su inauguración también necesito una campaña de persuasión ideológica y una acción política agresiva y violenta. Destruyo los gremios, la propiedad privada que estaba distribuida ampliamente, esto no fue el resultado del progreso y del iluminamiento como creen muchos tontos, esto se dio por los esfuerzos militantes del liberalismo para crear un sistema político económico plenamente en armonía con las necesidades del capitalismo.

Hoy existen los mismos esfuerzos para sostener este mismo sistema perpetuamente. Se promulga la legislación hostil a la propiedad privada ampliamente distribuida, pero su aspecto mas hostil es su propaganda de proporciones monstruosas que utiliza a gente que se disfraza o pretenden ser católicos, los ideólogos neocatólicos como Novak.

Todos esperamos que hombres como el presidente Bush de tradición liberal, los portavoces de las gigantes corporaciones de la industria manufacturera, los usureros que son los amos de la deuda, sean apologistas para este sistema vicioso, que apoyen la mentira que propone el partido, que escondan la verdad de la carrera desesperada por amasar riquezas sin limites, esperamos que ellos inventen falsos sistemas sociales de pluralidad moral. Pero que un Católico apoye todas estas falsedades es una traición a Cristo, a la Verdad Católica. No es posible servir a la Verdad Católica y a las mentiras capitalistas igualmente como no es posible servir a Cristo y a mamón simultáneamente.


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